martes, 2 de marzo de 2010

Regla 3ª

"No intentes limpiar tu nombre."

El gilipollas de turno, al sentirse ignorado e incluso plantado, intentará mancillar tu nombre atacándote... No pasa nada... ¡Deja que lo mancille! Probablemente tus padres se empeñaron en bautizarte con algún segundo nombre raro, como Francisco Nacho, o Julio Raquel. Así que deja que lo ensucien. Tómalo como una venganza indirecta hacia ellos. Y sobre todo, no caigas en la trampa de defenderte porque sus ataques te hagan sentir que eres mala. Acabarás acudiendo a la cita y tenlo claro: tú eres mala y él gilipollas. Jamás funcionará.

No hay comentarios:

Publicar un comentario